miércoles, 14 de julio de 2010

¿QUÉ SUCEDE ANTE UNA SITUACIÓN DE CRISIS?


“El individuo enfrenta siempre situaciones que requieren la resolución activa de problemas, pero con una demora muy pequeña puede superarlas por medio de reacciones y mecanismos habituales”. El sujeto vive en constantes periodos de equilibrios, desequilibrios y reequilibración, que permiten la formación de una estructura relativamente coherente. En diferentes situaciones, aparecen fuerzas opuestas, generando un conflicto en esta estructura y llevando al individuo a un desequilibrio, que afecta su estructura previa, modificando su funcionamiento. En general, esta situación- problema, hace que el individuo despliegue una serie de mecanismos similares a los utilizados en experiencias anteriores, donde han resultado efectivos, ayudando a disminuir el grado de tensión provocado y llegando de esa forma a la reequilibración de la estructura dentro de un periodo de tiempo similar al de experiencias pasadas. Esto es lo que generalmente sucede en un proceso normal, pero en una situación de crisis, el estímulo es mayor y las fuerzas utilizadas en experiencias anteriores no son lo suficientemente efectivas como para reestablecer el equilibrio dentro del tiempo común. Un sujeto estalla en crisis cuando se enfrenta a un evento inesperado y su psiquismo no está preparado para dar una respuesta inmediata ante tal acontecimiento. Esto provoca un desequilibrio y una suba de tensión debido a la frustración que genera dicha situación, incrementando la inseguridad y asechando el mantenimiento de integridad del organismo. Las crisis pueden ser de dos tipos: vitales o accidentales. Las primeras están relacionadas con sucesos más previsibles, o con cuestiones evolutivas. Ejemplo de estas seria sucesos relacionados con embarazo y nacimiento, maternidad sin matrimonio, incursión por primera vez en el mundo laboral, el cambio de la escuela a la universidad, el periodo de la adolescencia, compromiso- matrimonio, duelos por mudanzas, jubilación, etc. Las crisis accidentales, en cambio, surgen a causa de un acontecimiento totalmente inesperado. El psiquismo se enfrenta a algo brusco, no previsto, que cambia la situación de vida actual. Ejemplo de estas pueden ser una importante enfermedad física, una catástrofe, la muerte inesperada de un ser querido, el cierre de una fábrica que deja a todos sus empleados en la calle, etc. “Toda crisis enfrenta con una decisión”, en donde el psiquismo se enfrenta a una cuestión básica; tolerar el cambio y lo que se ha perdido (ya que toda crisis involucra una pérdida), o rechazarlo y no tolerarlo. Diferentes objetos, como una institución, una pareja, o un grupo, funcionan como sostén de apoyo para el psiquismo. La situación de crisis puede hacer perder alguno de estos pilares, y la cuestión está en descubrir si el psiquismo del sujeto estaba apoyado sobre uno solo de estos pilares o se encontraba repartido entre otros soportes. En algunos sujetos, puede manifestarse bajo ciertos síntomas como sentimiento de inseguridad, perdida de autoestima, desvaloración, inferioridad y la presencia de ansiedades persecutorias, entre otras. La crisis desintegra el presente, evocando también algo del pasado, y repercutiendo en las fantasías sobre el futuro. Los dos caminos que se ponen en marcha en un principio en una crisis, son angustia y depresión. Desde una mirada global podría pensarse que los sujetos “menos perjudicados”, son aquellos que cuentan con una familia, amigos, trabajo, o algo que funcione como marco de contención, que les permita por algún momento relajarse un poco con respecto a la situación problemática que viven. Un punto importante a tener en cuenta, es que las crisis pueden ser tanto riesgo como oportunidad. Es decir que pueden crear una situación de progreso en donde el individuo pone en marcha nuevos mecanismos y llega a una superación propia y un nuevo estado de equilibrio, donde la crisis ha servido como una situación de aprendizaje. Con respecto a esto, es importante aludir a la función del terapeuta en este tipo de situaciones, donde hay que tener en cuenta que la problemática a desarrollar tiene un carácter por lo general urgencia, por lo que se debe focalizar en primer lugar en los aspectos vitales del individuo y brindar una asistencia de contención y un acompañamiento receptivo, creando en primer lugar un “nosotros”, donde el sujeto pueda sentirse que no está solo para hacer frente a la crisis, favoreciendo así a las funciones relacionadas con las capacidades yoicas de discriminación y organización. De esta manera ayudará al sujeto a saber que no todo está perdido, que puede reconstruir su situación y que de alguna manera su vida puede comenzar a reorganizarse nuevamente.


Lic. Jésica Mosca

No hay comentarios:

Publicar un comentario